Es de creer que la transformación del lenguaje cada vez es más aceptada en las plataformas de entretenimiento.
Sobre todo, por confundir el performance que se hace en el idioma conocida como anglicismos, con la mala expresión del idioma y la vulgaridad. De contextos que adoptan el adulterio, y el sexo en una plaza de capción abierta y confundiendo la erótica con tendencias sexuales y fantasías que rompen el buen sentido.
Ciertamente el idioma mal usado fuera de contexto es ofensivo e incita a despertar nuestros instintos sexuales.
Lo que no es gracia, ver a un niño hablando mal, y cabronadas del reggaeton, cuando hay diversas plataformas de entretenimiento.
De momento es de entender, que, por ser un país tercermundista, no todos los sectores de la sociedad son cubiertos por índices de ignorancia, donde se gesta una mutación o deformación del idioma.
Para los nativos de los sectores más populares, es normal expresarse en sentidos más provincianos, que en dado caso pueden confundirse con expresiones ofencivas o de morbo inoportuno, y es normal que la tasa de población que no tiene recursos para su formación y educación se queden en estos umbrales de ignorancia. Limitando su calidad de vida, y guiándose bajo estos estereotipos.
Es común que las clases bajas capten la mutación del idioma de una manera más familiar y popular, olvidando de por si, la sintaxis correcta del idioma. Pero que fuera de contexto se puede prestar para malentendidos.
Expresiones como pirob@, mañe, percanta, marica, y otras con mala sintaxis como hijueputa y gonorrea, son unas referencias o expresiones de mala praxis.
La mutación del idioma ya es un fenómeno a nivel mundial, pues cada vez la población adopta anglicismos a su idioma para establecer una comunicación más fluida y breve. Pero su comprensión varía dependiendo el contexto y la versatilidad.